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El submundo archivístico

  • Foto del escritor: Patricia Almeida
    Patricia Almeida
  • 29 jun 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar 2024

La archivística se ha convertido en mi mundo subterráneo en los últimos tres años, una experiencia única que ha revitalizado mi vida con un aprendizaje continuo del que planeo quedarme inmersa por mucho tiempo más. De hecho, en la actualidad estoy cursando una maestría en este campo.

En nuestro país, el ámbito de la archivística ofrece un vasto terreno por explorar y desarrollar profesionalmente. Mi incursión en este mundo comenzó cuando asumí el cargo de directora del archivo de la administración pública de la presidencia de la república, un reto que enfrenté con determinación. Mi experiencia previa en auditoría y en la planificación de proyectos, con su respectivo gerenciamiento, resultaron ser fundamentales para abordar este desafío. Ante esta nueva responsabilidad, me vi en la necesidad de investigar, leer, aprender y rodearme de personas con conocimientos en el campo archivístico.

Mi ascenso a este cargo crucial tiene sus orígenes en un episodio que marcó un giro inesperado en mi carrera. Originalmente contratada como directora de compras públicas en la Presidencia de la República, un desacuerdo con una alta autoridad sobre la adquisición de un servicio me llevó a ser reubicada en el archivo. Aunque mi jefe inmediato intentó evitar este cambio, las circunstancias dictaron otra dirección.

Al ser presentada al equipo que trabajaba en el archivo, inicialmente me sentí castigada por el cambio de roles, pudiendo entender la perspectiva de aquellos que llegan al archivo por razones similares. Sin embargo, al explorar las responsabilidades y atribuciones asociadas al cargo, me di cuenta del potencial transformador que este puesto ofrecía, especialmente en el manejo documental de los archivos administrativos.

Una de mis primeras acciones fue solicitar a la Secretaría General de la Presidencia la emisión de la Regla Técnica Nacional para la Organización y Mantenimiento de los Archivos Públicos (RTNOMAP), un documento que consideraba esencial para establecer estándares a nivel nacional. La promulgación de esta normativa, aunque no exenta de desafíos y revisiones, marcó un hito significativo en el mundo archivístico.

Quiero expresar mi profundo agradecimiento a todas las personas involucradas en la elaboración de esta normativa, cuyo compromiso y dedicación fueron fundamentales para su éxito. A pesar de las críticas y los cambios, consideré la RTNOMAP como un documento completo y necesario, incluso si no cumplía con el perfil tradicionalmente esperado para mi rol.

El proceso de adaptación y aprendizaje no estuvo exento de momentos divertidos, como la anécdota de la socialización de la RTNOMAP, donde una inesperada comparación con "Alcatraz" generó risas entre el equipo. Sin embargo, lograr cambiar esa percepción negativa del archivo fue uno de mis objetivos a mediano plazo, y me complace decir que dentro de la presidencia se produjo un cambio radical en este sentido.

Agradezco sinceramente a todo el personal que creyó en mí y en los cambios que juntos pudimos lograr. En futuras ocasiones, compartiré los proyectos realizados y los logros más significativos. Muchas gracias.


 
 
 

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